martes, marzo 13, 2007

HISTORIAS DE UNA IDA Y UNA VUELTA, POR RAMIRO BOLSACHON

HISTORIAS DE UNA IDA Y UNA VUELTA, POR RAMIRO BOLSACHON


CAPITULO 2


Miré el reloj de mi Ford Megane Audi Kangoo, las 4:37....
LLevaba horas manejando, alejándome de la vieja reberberante y su fusil justiciero.
Doblé la esquina del Toboso, entré como un bólido sulfúrico y choque de frente con mi Ford Megane Audi Kangoo contra la partitura inverosímil.

Me bajé.
Descorrí la puñetera cortina rastrojera que mantenía al Peladín (que se encontraba dentro de la partitura inverosímil) en el anonimato.
-Puto!- me regaño el Peladín.
Después saco una pelotillera mugrienta, y se dedicó a comérsela mientras gesticulaba desdeñosas señas arpilocuentes.
Me asusté en un principió, y luego huí... si, sigo huyendo.

Camine por las terrazas melocotosas, chupé un enano de la suerte y bajé a las calles desnudas despotricantes.
-Hola, papulín colorado!- me dijo un petiso con cara de pócker.
-Emm, es CHÁpulin Colorado, petiso la re concha de tu madre desenfrascada!- lo reprendí.
Acá sucedió algo extraño.
Sentí una puntada descorazonada subdesarrollada en la cabeza.
Me desplomé en el suelo recubierto de frutillas verdes y asquerosas, el olor me Knockió por completo.

Desperté.
una Gorda baratúsica me meneaba el culo grasiento y sedoso en la cara.
Un aire caliente salió despedido como una exalación desde su redondo y prominente orificio, me Knockió al instante.
Desperté.
Una Papolina me miraba fijamente.
Inmediatamente me propinó un sopapo cósmico que me Knockió y me dejó en estado de shock, finalmente me desplomé.
Desperté
Ahora si, por fin, estaba solo.
Me incorporé dulcemente como una gacela envadurnada.
Como la negrura comnsumía casi toda la papilla puesta aquí, no podía ver casi casi nada.
Llamé a gritos desaforados a un Pochoclo, vino rápidamente a mi lado.
Le pedí que me sacara: -Sacame de aca, parafraseado!-.
-Si me dás un Archiduque con Cabecita de Novia, te dejo libre y de regalo te doy una cantimplora-.
Accedí, busqué en el bolsillo.
Oportunamente llevaba mi ración de Archiduques con Cabecitas de Novia.
Se lo entregué en medo de lloriqueos del pequeño muñequito.
Recibí a cambio la cantimplora y una arrogante patada en las pelotas, pero no me importó, estaba libre.



Al mismo tiempo, a miles de millas desde aquí, la desquiciada de Maria Anotinetannnng escondía el cuerpo descabezado del desdichado Ermanastacionng, mientras juraba en susurros: -Venganza, Venganza...-.



Adious

1 comentario:

Nacho dijo...

Maria Anotinetannnng


el mejor nombre. Si algun dia tengo una nena, juro por mi gato que le pongo Maria Anotinetannnng.

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