HISTORIAS DE UNA IDA Y UNA VUELTA
Dentro de poco viene un dibujo... espero :\
HISTORIAS DE UNA IDA Y UNA VUELTA, POR RAMIRO BOLSACHON
CAPITULO 12
Las anomalías surcaban el cielo.
Las amapolas degustaban carrnes recién asadas.
La noche se imponía luminosa en medio de la carretera calada.
Ibamos de camino a La Caleta de la Pindonga.
Faltaban todavía 43247823 millas kilométricas.
Miré por la ventana.
Toqué el techo de la camioneta.
Eliannnn Heliannng se entretenía con una Surrazeta que habíamos capturado unos centímetros detrás.
Yo colocaba una Morsa en el aire, por las dudas.
Pasaron 3 horas.
Yo seguía comiendo Martas.
Por fin llegamos.
-La Caleta de la Pindonga- Aventuraba el desvalido Cartel Masajiador.
Le Pegué un puñete a un palo.
Se cayó.
Como no sabía que hora era, miré mi reloj cuántico.
Las 23:345.
-Hasta aquí llego yo- Proporcionó con Manivelas Eliannnn.
>>Debo terminar un trabajo Latoso. Hace algunos años, cuando las Monocromáticas sales aún fallaban, dejé este lugar con una promesa.
Yo era pequeña cuando un Cartonete irrumpió en mi Casa y se comió a mi hermano y a mi padre. Mi madre logró escapar y ,prudentemente, se olvidó de mi.
Entonces me escabulli fálticamente hacia una Cacona de Marandin. El Cartonete ,hambriento aun, no me divizó con claridad.
Me escapé por una ventana Agujeriada que tenía en mi pieza redonda. El Cartonete enfurecido golpió cuatro vasos y un Monopoly, esparciendo fichitas por todos los puñeteros lados de la Caótica Casita.
Mientras huía Clandestinamente juré que volvería para Comerme la venganza.
Ahora mi tarea es Simplisima.
Tengo que atrapar al Maloliente Sacerdote, para que me diga con exactitud milimétrica donde se encuentra el Avalante Cartonete y hacerlo Papilla. De otra forma, las Taradas jamás serían libres.
Ni yo tampoco.
Tras una revelación semejante pensé que callarme la boca hubiera sido maleducado, así que declaré con absoluta Formalidad: -OK-.
Eliannn se bajó de la camioneta Caspita.
Me dedicó una seña Obscena con el dedo y se alejó corriendo alegóricamente.
Aceleré de 0 a 100 en 2 segundos.
Pisé un enano Pobre.
Una enana Barbuda.
Y un Perplejo Trabajador nocturno.
Mientras el sol salía por el sur viré hacia la derecha.
No me gusta que me de el sol en la caripela hermosa que porto hoy en día.
Toqué el asiento de mi acompañante.
No estaba.
Eliannn me lo había afanado.
Supuse que era justo, ya que habíamos robado la Catraminosa camioneta juntos.
Le correspondía una mitad cuadrada.
Aceleré a fondo.
Quebré de manera segura un pedal.
No importa, todavía quedaban dos más.
Me alejé Esculpidamente en la distancia.
Toqué cuatro sonatas y me escabullí en una ruta de Bananas lacteadas.
Viajaria 45649589340 decimas de kilometros hasta la proxima gran ciudad.