HISTORIAS DE UNA IDA Y UNA VUELTA,
HISTORIAS DE UNA IDA Y UNA VUELTA, POR RAMIRO BOLSACHON
CAPITULO 6
Un torrente de agua salada cayó inesperdadamente en mi narizota.
Me levanté con el canto del tiburón.
Victoriannn Floriannng pretendía humillarme atrapósicamente, no lo conseguiría.
Rodé 7 metros y 33 centímetros por la cama.
Caí 1 metro cuadrado y aterricé sobre el suelo desprovisto de fondo.
Me reincorporé, no iba a parecer un pelotudo frente a la persona que tenía mi auto, no señor!, de ninguna manera!.
Victorian Floriannng estaba preparando el desayuno, para ella sola.
Yo, me cagaría rotundamente de hambre, al menos esa jornada.
-Vístete bien, pareces un Camolético Aturdiente- me regaño.
Yo, con mi mejor cara de nosecuánto obedecí fugazmente.
El ballet cósmico había comenzado cuando salimos a la calle.
Caminamos algunas cuadras perpendiculares.
Llegamos a un edificio enorme, pero que no era pequeño.
Victoriannng le hizo una seña extraña con la mano al guardia.
Yo supuse que le estaría invitando un café al bar de la esquina, pero cuando avanzamos por la puerta comprendí que no era así.
Subimos 8 pisos, para luego bajar 5.
Victorianng me indicó que entrase por una puerta, que era una ventana grande.
Como yo conocía sobre Vacas Rodantes, entré.
Adentro se encontraba, por fin, la Arpulleta Destrabada.
Sentada Moluscosamente en una mecedora de cartón arruinado, la Arpulleta me indicó que me acercase.
Lo hice y le pregunté: -Tenés internet?-
-No-
-Ah, bien, entonces abro la ventana-
-No-
-ok-
Victoriann cortó el silencio con un mordaz comentario sobre las bikinis y las ballenas.
Ahí me decidí: -Santa Gracia, Arpulleta Destrabada, dime que debo hacer ahora, estoy lejos de casa y sin un peso-
-Tomá este Alfajor de Maicena y después hablamos-.
Lo agarré, me lo comí mientras observaba unas cuantas palomas suicidas.
-Oh, santa Gracia, Dime que debo hacer- repetí nervioso como una moneda, caundo acabé con el alfajorcito.
-Mírame Ramiro-.
Lo hice y noté que tenía un cartel que decía "Puto el que Lee", pegado en al frente.
Miré a Victoriannn, tan nervioso como una Piñata repleta de golosinas.
Me hizo un gesto con las cejas y me susurró: -Los esquimales se extinguieron-
Comprendí que no debía decir nada si no quería acabar como ellos.
-Debes ir a Pancho Dotto y Comprar una Coca de medio litro, bajátela en medio minuto y volvé- me respondió sorpresivamente La Gracia.
Luego de eso, La Gracia se rajó un pedo multicolor y mató cuatro ratones, entre los cuales estaba Mickey y su señora.
En la confusión dejé escapar un leve: -Ahhhhh...- de sorpresa, que nadie llegó a oír por medio de una rúcula.
Victoriann me condujo hacia la salida, y volvimos a su departamento para prepararme para la siguiente travesía Sónica.
En el camino me encontré con un Zealot amarillo y una Sabandija Molecular en Posición Fetal.
Estuvimos es el departamento agujeriado de Victoriannn por dos horas, puesto que no encontraba mis calzetas y además el ballet cósmico había finalizado.
Luego de los preparativos Candenciosos, Victoriannn me llevó en mi/su auto a la estación de colectivos Transnochados.
-Nos volveremos a ver, Ramiro- Me dijo rotundamente.
Y yo, como no tenía otra cosa que hacer, respondí: -Lo sé, Floriannng!- y me subí al vuelo al primer colectivo Transnochado que pasó cerca mío.
ENJOY!