martes, mayo 22, 2007
lunes, mayo 21, 2007
HISTORIAS DE UNA IDA Y UNA VUELTA
Perdonen la tardanza y la falta de creatividad.... :(
ya volvere a la carga con mas dibujos
HISTORIAS DE UNA IDA Y UNA VUELTA, POR RAMIRO BOLSACHON
CAPITULO 11-Parte 1
Abrí los ocalyos superponientes.
Enfoqué una cosa.
Enfoqué otra.
Enfoqué una Postúmbra.
Desapareció rápidamente.
Me incorporé.
Las Mantúsicas se contoneaban arcadamente.
Me paré en una pata.
Me paré con la otra.
Me paré con las dos.
Miré nardamente a mi alrededor.
Estaba en una habitación Lapidante, con olor a Mosca loca.
En una esquina, una Turulencia yacía sin vida.
En la otra había un Choclo Picado.
Vi una puerta barata, me le acerqué.
-Dejáme salir, Ñoqui!- La amenacé con furiosidad.
Se abrió al instante, porque la luz de la matanza todavía refulgía.
La atravesé con una contundencia demencial.
Un cráneo se partió a lo lejos, una mosca cagó en un sanguche.
La luz penetró mis ojos.
Los quemó.
Por suerte tenía de repuesto, en mi bolsillo Lumbar.
Los cambié.
Tiré los otros por una envenenada carretera.
Estaba en un pueblo.
Casas Grandes abastecían de sombras a las Taradigmáticas calles.
Miré hacia el fondo.
Una vieja se escondió entre la maleza.
Un niño se cortó una vena.
Estos ojos si que eran poderosos.
Entré a correr como una Lápida.
Llegué a una esquina.
Una cabeza rodó públicamente a mis pies.
Detrás, y con un Musulmán herido llegó un gemido de asquerosas Pochoclas.
Más atrás y victoriosa, avanzaba una mujer.
Un sable en una mano, una Pepsi en la otra.
Pantalones verdes, salpicados por gotas de sulfúricas sangrantes.
Pelo Marrón oscuro, a causa de Los Reyes de la Colina.
-Vos cobrás tambien!- Me atropelló sorpresivamente con aquellas audaces palabras.
-No, pará boló!- Alcancé a gemir.
Frenó suplicantemente ante mi caripela demacrada.
-Soy bueno- Mentí descaradamente.
Me evaluó con una mirada Fatalística.
Temí por mi patética vida.
Sabía que si no actuaba, estaba en el horno, con las otras suricatas Patásticas
-Yo escupo viejas y corto porongas!- Gesticulé, más nervioso que una Graciela.
Ya estaba, había usado mi "Últimate Weapon".
Si fallaba, me despedía de mis aventuras mordaces para siempre.
-Ta bien, vení conmigo, vamos a cortar porongas juntos ^^- Me consoló.
Sentí un alivio tan grande que casi me quiebro una pierna.
Pero eso no sucedió.
Nos fuimos caminando juntos hacia el centro de la ciudad.
Aprovecharíamos para comportarnos como verdaderos PATANES.
Publico esta Bazofia: Ramireo 2 Comentarios Absurdos