jueves, mayo 14, 2009

Wevaaa!

Otro...

martes, mayo 12, 2009

Abismo

Uno de los que más me gustó de la nueva serie =)
Igual hay taaaaaaaaaaaaanto camino por recorrer todavía u_u

lunes, mayo 11, 2009

Maaaaaaaaax Cachimba

Hoy, última clase de "Historieta" en la Escuela Para Animadores.

Sin dejar pasar la oportunidad, tomé aire y me acerqué a Max y con un pequeño pero sincero "Max ¿tienes un minuto?", entablé una improvisada conversación mientras los demás alumnillos se retiraban al seno del hogar. Una vez esto, pedí humildemente un dibujo al señor quien, de muy buen humor y desinteresadamente respondió de manera afirmativa. Conseguí entonces una hoja en blanco para que obrara y él mismo tomó un bolígrafo; se sentó luego en una banqueta y sin ningún tipo de preparación realizó un magistral y limpio trabajo. Me lo entregó al cabo de escasos minutos con una sonrisa de suficiencia y le di las muchas gracias correspondientes. Nos saludamos y escapé, escapé envuelto en un manto de felicidad.

Volví finalmente con un dibujo original y a pedido de Max Cachimba.

Vean señores, pasen y vean =D



domingo, mayo 10, 2009

Nuevos Ayres


Siempre mi estilo fue cambiante.
Algunos dicen que es adrede, otros que es directamente proporcional al índice de pobreza, pero lo cierto es que simplemente no me contento con manejar UN solo estilo, pues no me da una libertad infinita para crear situaciones y personajes.

Por esto fue que me embarqué en un viaje infernal a los confines del mundo, donde las cigarras sueltan gorgojos y los pájaros se alzan en vuelo helicoidal hasta morir en el sol...

En fin, allí cerca de la China meridional, en un bar de mala muerte situado en el centro de una populosa metrópolis, un mercader de origen Cirfinqués se acercó sigilosamente y ofreció de buena gana sendos pergaminos que acusaban ser bastante antiguos. Proclamaba el buen señor que aquellos eran estilos nunca antes usados y que sería un "verdadero sifriñaque" si no lo aprovechara. En dicha situación y a sabiendas de que mi viaje estaba llegando a su culminación, acepté el trato y entregué 3 peniques, que casualmente era lo que el mercader exigía a cambio.

Ni bien hube puesto pie en tierra natal, eché manos a la obra y febrilmente otorgué vía libre al lápiz quien, audaz como un pez en el agua, trazó lineas aquí y allá y conformó caras y gestos que nunca hubiera soñado. Sin ninguna complicación deslizaba el instrumento por lugares de la hoja que indujeron a la creación de piernas, manos y hasta caras con las que jamás pensé relacionarme.



Sin embargo esto es recién el inicio y creo -y espero- que me volveré experto en estas pequeñas pero grandes figuras salidas de un lugar tan extraño que todavía no me animo a dibujar.

En fin, una imagen vale más que mil palabras, así que aquí hay un perfecto ejemplo de lo que intenté expresar.
Prontamente vendrán más obras de dicha índole.


Au Revoir!


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