Historias de una Ida y una Vuelta, por Ramiro Bolsachón

HISTORIAS DE UNA IDA Y UNA VUELTA, POR RAMIRO BOLSACHÓN


CAPITULO 1, INTRODUCCION

Un Rúpico Incandescente corria desnudo por la Avenida del Toronte.
En eso, se le acerca una Patrucia Hipermefastolica y le demanda- Que hacés Chabonete?-.
-Me rasuro una vaca, Conchelete-.

Después de eso, la Grandiosa Papiroflexia se acerca con sigilo y se suma a la delirante comitiva.
-Que porrones estan degustando, querubines desalmados?-

-Pero la reconcha de tu madre ensalsada, Papiroponga!!!-

Al mismo tiempo, en el otro lado de la ciudad, la Conchesca Enfrutada se debatía entre la vida y la muerte.
Estaba tirada la pobre, con un anzuelo en el ojete y una flecha en la poronga.
Unos pocos metros mas allá se encontraba su verdugo, vestido de verde por supuesto, con una capucheta negra azulada verdosca marrón oscura.
Pero eso no era todo, allá a lo lejos una horda de delincuentes enardecidos cocinaban una Compuerta Metalurgica.
A todo esto, yo me ofuscaba en una casita con tejas de lata y una puerta inexistente, lejos de Quilombete.

4 minutos 37 segundos mas tarde llega Quilombete.
Rúpico Incandescente, Patrucia Hipermefastolica, Grandiosa Papiroflexia, Conchesta Enfrutada y su verdugo venian con él.

Agarré la pochocla rudimentaria que estaba sobre la mesa y me di a la fuga.
Rompí de una patada giratoria la puerta trasera, me subi a un Ford Megane Audi Kangoo, y huí.
Viaje 765945673578 millas, lejos de Quilombete y su Horda de Basoretes Sodomizados.
Llegué a la casa de Maria Antonietannng y su marido muerto en vida loca.
Me esperaban con una taza de café con chocolate tupido.
La miro y le digo -Martha, vení a buscar los cajones gorrrrrda- (3 cabiados ^^)
A lo que ella me responde- Chupate esta Mandarina-
A todo esto, yo pensé que se trataba del postre... estaba taaaan equivocado.
Maria pelo la recortada doble caño y me apuntó, yo me agaché.
La ligo Ermanastacionnng, el esposo muerto en vida loca.
Como soy un gran conocedor de Contenedores de Sarlanga, sabia que le quedaba otro tiro.
Manotié una banana que había por ahí (no iba a escapar de Quilombete y morir de hambre en una carretera pedregosa, no señor!), y corrí.
Abrí la puerta del Ford Megane Audi Kangoo y arranqué, no sin antes dedicarle a la vieja -Vieja, chupetiamela!-.



Disculpen que desvirtue, pero se me ocurrio escribir un libro ^^
aca va el primer capitulo, con el tiempo voy a ir mejorando.